miércoles, 31 de diciembre de 2008

Felices fiestas

31 de Enero 2008

Comienzo a escribir esto a una hora inadecuada.

Pero no puedo dejar de pensar en que a esta misma hora,

mientras muchas familias festejan reunidas en sus casas,

hay otras tantas personas que la están pasando mal.

Es terrible bajón tener este pensamiento ahora mismo,

cuando mi propia familia está reunida a la mesa, allá, a unos pocos metros;

pero en esta casa hay un vacío, acá falta alguien.

Y duele.

Y entonces,

aunque esto jamás sea leído por aquellos que la están sufriendo,

escribo este pequeño homenaje a todos aquellos que la pasan tristes,

a los que se suicidan, a los que lloran; a los que se lamentan y sufren.

Porque es mentira esta felicidad imperativa.

Porque es mentira que mañana será un año nuevo, y todo va a cambiar

Porque es mentira que haya que estar felices

Porque es mentira que no se pueda hablar de estos temas hoy.

Esta noche mi vaso se levanta en homenaje a los que levantan una copa,

solos, en sus casas, mientras retienen el llanto

y aprietan la otra mano sujetando la angustia de tener que estar acá;

porque las fiestas son fiestas para el que tiene con quien celebrar.

Yo, que soy apenas un desdichadito, saludo a los desdichados.

Levanto mi copa.

Salud.

No conozco mayor valentía, que soportar la angustia en total soledad.

martes, 30 de diciembre de 2008

Me tomó dos décadas

Me tomó dos décadas, más o menos, comenzar a intuir de qué iba la cosa. Primero se me enseñó que se trataba de un asunto de género; las mujeres seducen, los hombres actúan en consecuencia y comienzan a hacer méritos para ganarse el amor de la mujer en cuestión. Durante un tiempo me lo creí. Me parecía injusto, es cierto, pero podría servir como contrapeso hacia otras tantas injusticias de género.

Sin embargo, con el correr del tiempo, me vine a desayunar que la cosa no era tan así. En un estado de perplejidad presencié como un amigo seducía en una reunión social a tres mujeres, al mismo tiempo. Las mismas luego competían por llamar la atención del muchacho, intentando hacer méritos para ganarse su amor.

Tampoco soy tan tarado como para desconocer que siempre las mujeres heterosexuales se han sentido atraídas por los hombres lindos, pero la fantasía romántica de que la seducción era únicamente femenina seguía allí.

Pero resulta que no es tan así la cosa.


Creo que el asunto está en que cuando a uno le gusta alguien, está en una situación de vulnerabilidad y de inferioridad con respecto a ese alguien, y no hay vuelta que darle al asunto. No es cuestión de género. No es cuestión de personalidad. No es cuestión de orgullo. Es cuestión de atracción física, intelectual, emocional; y llegado el caso, de amor.

Y es ahí donde me tapa el agua. No tengo idea por qué pasan esas cosas. Me gustaría creer que es una simple compensación por este asunto de tener que morirse en algún momento, pero no estoy tan seguro. Más bien intuyo que no es así, que es un tema del azar. No sé. No sé.

Veo que grandes y meritorias personas sufren por amor, o por carencia de amor; veo que personas como yo, no tan grandes ni meritorias, no logramos atraer a nadie, y sin embargo somos atraídos por miles; veo miserables que atraen a miles y virtuosos que viven una vida triste y solitaria; y lo que es peor: veo a virtuosos y virtuosas que atraen a miles y son felices.

Porque no hay nada que moleste más que ver a alguien que además de lindo, sea virtuoso.

El amor no es justo.

Si creés en un dios; tu dios no es justo.

Si sos existencialista ateo, hermano, estamos en problemas; ni siquiera tenemos a nadie a quien culpar más que a nosotros mismos.

No sé. No sé. No entiendo.

No sé.

En una de esas, dentro de veinte años y pico pueda descubrir algo interesante al respecto. Aunque sacando unas cuentas bastante básicas, es probable que ya sea demasiado tarde.

martes, 23 de diciembre de 2008

DOLOR


Horacio Quiroga, en su decálogo del perfecto cuentista, recomendaba no escribir bajo los efectos de una fuerte emoción, sino aguardar a que ésta se aplaque, y evocarla luego, para escribir.
Quiroga, andate a la mierda vos, tus decálogos y tus consejos. Escribo ahorita mismo, con este dolor que tengo en el alma. ¡Desapareció la línea 411! ¡Fue ELIMINADA de la faz del barrio Peñarol!
Las lágrimas me invaden.
¿Qué ómnibus voy a esperar ahora durante veinte minutos? ¿El 147? No es lo mismo...
Ya nada es lo mismo.
Yo ya no soy el mismo.
Miro tu foto, hermano, y lloro.
¿Y ahora qué?
¿Y ahora qué?
¿Y ahora cómo seguimos en pie?

-Que no me tengo que poner así-
-Que el cambio de pastillas me puede estar afectando el humor- me dicen
-Que ahora tenemos el L29 , que hace un cuarto del recorrido que hacías vos...- ¡L29! ¿Pero qué somos? ¿Un antigripal carajo? ACF4, L29, ¡una mierda! ¡Prefiero mil veces agarrarme gripe en tu espera! ¡Prefiero estornudar acurrucado contra tus ventanas, oh dulcinea roja y blanca!

L29 GO HOME!!!!!

No puedo seguir escribiendo así.

Solo me queda llorar...




*Querido Horacio Quiroga, tal vez me haya excedido un poco en algunas de las consideraciones hacia tu persona. Fueron producto de mi ímpetu de joven narrador herido en su más sensible zona. El barrio.
Te pido disculpas formalmente.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Hola, es probable que me conozcas de este mismo blog. En esta ocasión te molesto con el propósito de practicar mis habilidades discursivas, impulsado por la fuerza exterior e irreversible consecuencia del inicio de los discursos electorales. Debajo de esta hermosa foto representativa de mi ideología bipolar NHD (Nacional Homosexualismo de Derecha) adjunto extractos de un discurso político modelo, standard , escrito por mí al tiempo que miraba Buscadores hace un buen tiempo atrás.

Me da la impresión que es muy sencillo escribir un discurso político, sobre todo cuando no se dice mucho.



Uruguayos, uruguayas, queridos concurrentes a este humilde acto; queridos organizadores del mismo: es un honor para mí, como la circunstancial cabeza visible de esta fuerza política, encontrarme en este escenario.
Desde ya agradezco a toda la concurrencia por encontrarse aquí, como siempre, junto a nosotros. Sin embargo, sinceramente lo decimos, en esta ocasión somos nosotros los que nos encontramos junto a ustedes. Estas manos nuestras no son otra cosa que las manos del pueblo con las que construiremos el luminoso renacer de la patria.
(aplausos)
(...)Esta chaqueta Armani es la chaqueta del pueblo, con la que abrigaremos todas las esperanzas de prosperidad, seguridad y dignidad para nuestra tierra
(aplausos efusivos)

(...)Estamos en una época difícil. De eso no caben dudas. Y todos sabemos quienes son los responsables de nuestra situación actual. Sin embargo, no estamos aquí para dividir. Estamos aquí para sumar. Porque nuestra fuerza política es una fuerza constructora
(aplausos)

(...)¡Pero que lo sepan bien! ¡Que lo sepan bien aquellos que han dejado nuestro país (aplausos) en ruinas! ¡Ya los juzgara la historia!
(treinta segundos de aplausos efusivos)
(...)Sin embargo… Nosotros somos diferentes. Somos una fuerza política fresca, joven, impetuosa; pero a la vez experiente, madura, mesurada. Nosotros somos la voz del cambio. ¡Nosotros somos ustedes! ¡Nosotros somos el renacer de nuestro pequeño y digno país!
(aplausos)
Fin de la introducción del discurso.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Vos sos mi enemigo


Quiero empezar por aclararte que no es nada personal. De hecho, no te conozco “como persona” fuera de tu círculo de trabajo, y es altamente probable que seas un sujeto comprensivo, sensible, agradable, honesto; un buen tipo, en definitiva.
Pero yo te conozco por tu faceta más horrible. Ante mí aparecés como un prepotente, arrogante, molesto, insensible y deshonesto inspector de COME S.A. No tengo claro cuál es tu tarea específica; no sé si te dedicás solamente a golpear con la monedita (que muchas veces los choferes no tienen, y necestarían para dar cambio a los pasajeros, pero vos por alguna razón siempre tenés) o si además controlás los horarios y la frecuencia de las unidades. Si te dedicás a eso debo decir que sos un completo inútil. Y si no te dedicás a eso, entonces, es porque no te da la cabeza ni para ser un completo inútil. Sos un inútil incompleto, mi viejo.
Porque vos hacés sonar la monedita contra el pasamanos cuando entrás por la puerta de atrás del ómnibus repleto, a las ocho y cuarto de la mañana, y decís "un pasito más que hay lugar" o "colaboren que hay otra gente que quiere subir y hay un horario que cumplir", y esa tarea ¡te toma cuatro minutos! ¡Cuatro minutos! Y mirá que te cronometré. Y lo hice varias veces. En eso te doy cierto crédito. Sos un relojito. Cuatro minutos para percutir con una monedita y decir dos frases cada vez que subís. Infalible.
No tengo clara cuál es tu idea general del espacio - tiempo, pero me parece realmente una porquería. Entrás con esa actitud prepotente y arrogante, como si llevar esa chaqueta con el cartoncito verde, rojo y blanco enganchado te diera autoridad sobre el pasaje, y sobre las personas en general. Decís "un pasito más que hay lugar" cuando claramente no lo hay. ¿Y yo a dónde me corro? ¿A otra dimensión? ¡En el fondo del coche no hay lugar! ¡Hay más gente!
Me queda claro que no tenés ideas claras ni precisas sobre el espacio- tiempo. Me pedís que me corra a un lugar que está ocupado por otras personas y me decís que esto lo debo hacer porque hay un horario que cumplir, ¡ mientras vos interrumpís el viaje! Si tu trabajo es ese, ¿por qué mejor no te ponés con un cartelito al costado del camino, que diga “pase al fondo del coche que hay lugar”? Pero eso no funcionaría, de seguro. -la gente no me haría caso- me vas a decir. La gente no te hace caso, loco. Ni te gastes. A veces pienso que nadie te mata porque estamos en Uruguay, es muy temprano a la mañana, y habría muchos testigos.
Y cómo te ponés si alguien se atreve a dirigirte la palabra para cuestionar lo evidente: -¿Por qué en vez de hacernos viajar como vacas al matadero no ponen más unidades?- Ahí sí que habría más espacio para "dar un pasito al fondo del coche". Ah, pero no. Ni bien se te dice eso te ponés como loco. Y salta la palabra clave: la empresa. -Bueno, eso a mí no me corresponde; eso es asunto de la empresa-. En ese momento me empieza a dar miedo. Es como en una de las novelas de Levrero, La Ciudad, donde se hablaba de La Empresa como algo exterior y desconocido, alrededor de la cual giraba todo un pueblo. Pero, pará un poquito. ¿Recién no eras la autoridad que me decía lo que tenía que hacer, a dónde tenía que moverme y porqué razón? Tan clara no la tenías entonces. Ay, ¡pero qué falta de respeto, un ciudadano común y corriente me habló a mí, el inspector!
No sé si esto te interese, pero tenés un lugar preferencial en mi lista de enemigos matutinos que eliminaría de la faz de la tierra, placenteramente, si tuviese personalidad psicótica.

Ya nos veremos mañana, cuando asomes tu cabeza por la puerta trasera y hagas sonar tu monedita.
Como ves, mis listas de enemigos son bastante específicas; sucede que tengo muchas, y la especificidad me sirve para mantener ordenadamente las personas e instituciones donde decido posar mi odio más sincero.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Manual de conducta social para la persona vegetariana

Este manual de conducta que puede leerse al pie de la foto apareció originalmente en algun ejemplar de La Karpa, como alguna que otra cosa de las que he colgado hasta ahora, pero como ha tenido un moderado suceso entre las personas que lo han leído, lo hago extensivo a los que no han tenido la desgracia de hacerlo.


MANUAL DE CONDUCTA SOCIAL PARA LA PERSONA VEGETARIANA


En una conversación social (que es recomendable evitar, siempre) surge el tema de su dieta vegetariana.

Situación uno:
-¿Sos vegetariano?
-Sí
-Pa…debe ser difícil, ¿no?

Respuestas recomendadas
a- No (si usted considera que no es difícil)
b- (si usted considera que es difícil)
c- Más o menos (si no le convencen las opciones anteriores)

Situación dos:
-¿Sos vegetariano? Pa, ¿y qué comés?

Respuestas recomendadas:
a- Todo lo que no tenga carne, idiota (si usted está en condiciones de vencer a su interlocutor en una probable pelea)
b- Todo lo que no tenga carne, querido interlocutor (si usted no está en condiciones de vencer a su interlocutor en una probable pelea)
c- Y…lechuga, pizza, pasta, arroz, frutas, papas…(enumerando uno por uno todo aquel alimento que dada su condición de vegetariano come, logrando luego de la larga lista la comprensión del interlocutor, o su bien merecida muerte natural)

Situación tres:
-¿Y comés pescado?

Respuestas recomendadas:
a- Andá a la puta que te parió, imbécil. ¿Te creés que los peces son de maíz? (Póngase en guardia)
b- Sí, como pescado, pero solo si son de soja (haga cara de chiste; si no sabe hacerlo, mire a Franccella, a Luis Alberto Carballo o a cualquiera de esos imitadores de Olmedo, e imítelos)
c- ¿Pescado? Sí, pero solo la vez que me comí a tu novia (haga cara de chiste, pero de cualquier manera póngase en guardia)

Situación cuatro:
-¡Andá! Seguro que debés comer carne alguna vez. De vez en cuando, ¿no comés carne?

Respuestas recomendadas:
a- No. En eso consiste el vegetarianismo (haga cara de convicción)
b- Y…bueno, hasta ahora no (juéguesela a ser comprensivo con su interlocutor)
c- Sí, ¡pero solo carne humana! (Abra bien los ojos, frótese el estómago y deje caer saliva por la comisura de los labios.

Situación cinco:
-Y cuando todos se juntan a comer asado, ¿vos qué hacés?

Respuestas recomendadas:
a- No como asado; me llevo comida (dígalo con mucha suavidad y amabilidad)
b- Llevo una vaca viva, la mato a garrotazos y la mutilo a la vista de todos, como para no ser menos (apueste a que su interlocutor entienda el sarcasmo)
c- Me desnudo y, antes de que pongan todo en la parrilla, refriego mis genitales en la carne cruda a la vista de todos (apueste a que su interlocutor entienda el absurdo…y que no esté por poner la carne en la parrilla)